¿Tu armario está listo para la tendencia Boho Chic? ¡Haz el quiz!

Hello, Upper East Siders… (o donde quiera que estéis leyendo esto) 👀✨

Lo llaman Boho Chic, pero no te confundas... no es para cualquiera. Entre flecos bien puestos, siluetas relajadas (pero pensadas) y joyitas con historia, hay un arte sutil en parecer despreocupada sin dejar de ir perfecta.

La clave: parecer que te acabas de levantar de una siesta en Ibiza, pero en realidad pasaste dos horas eligiendo el outfit.

Porque libertad sí, pero con estilo.

Aquí te dejo los enlaces a las prendas y productos.

🪄 Recomendación semanal:

Me compré el gel fijador de Maybelline de cejas y ojito, no se mueve ni un pelo, literal. Te deja las cejas como si te hubieras hecho laminado, pero sin el sablazo. He probado varios y me solían dejar blanca la ceja, pero ya he descubierto el truco: echarte el gel antes que cualquier maquillaje o pintártelas y después de tus cremas.¡Prueba y no dudes en contármelo!

Dicen que el estilo boho chic es para almas libres… pero todas sabemos que incluso las almas libres necesitan elegir.
¿Te atreves a descubrir qué tan boho, fashion victim o minimal eres en realidad?
Las decisiones no serán fáciles, darling. Ready to play?

✨Fashion Insider/Runway Radar:

✨ Hoy, atención total a esta noticia, no porque sea viral, sino porque todo lo que tenga que ver con neurociencia me tiene en modo obsessed.

Te cuento: la neurocosmética es lo último en skincare y va más allá de solo cuidar la piel. Estos productos están diseñados para actuar sobre nuestro cerebro y emociones, no solo en la superficie. Por ejemplo, una crema llamada GlowCytocin contiene ingredientes que activan los receptores de oxitocina, que es esa hormona que se libera cuando estamos enamorad@s o sentimos conexión y bienestar.

¿Cómo funciona? Pues, la crema no solo hidrata o mejora la piel, sino que libera moléculas que “engañan” a nuestro cerebro, haciéndole creer que estamos experimentando esa sensación de amor o felicidad. Eso genera que nuestra piel reaccione con un brillo natural, mejorando no solo el aspecto físico, sino también nuestro estado emocional.

Es parte de una rama llamada psicodermatología, que estudia cómo las emociones influyen en la piel. Así que, usar este tipo de productos puede ser como un pequeño boost emocional mientras te cuidas por fuera.

Eso sí, hay debate sobre si esto realmente ayuda a nuestro bienestar o si es solo un truco sofisticado para anestesiar emociones difíciles. Pero, la verdad, a mí me tiene flipando esta mezcla de ciencia y belleza.

🙋🏼‍♀️ Behind the Scenes:

📍Ubicación: cual lagartija al sol de mi terraza

🧠 Mood: A veces echo de menos a versiones mías que ya no existen

Queridos lectores, amigas 💌

Hay días en los que me asomo a mi propia memoria y veo a una versión mía que ya no está.

No es que fuera mejor. Ni más feliz.
Pero era otra yo. Más ingenua. Más impulsiva. Más ilusionada con cosas que hoy me parecen pequeñas o absurdas. Esa versión que se emocionaba con un mensaje. Que se arreglaba solo porque sí. Que lloraba sin calcular si tenía tiempo para eso. Que decía lo primero que pensaba sin pensar tanto.

A veces la echo de menos como quien echa de menos una ciudad que ya no pisa. Sabes que no vas a volver, pero la llevas dentro.

Y no es que ahora esté mal. Solo que ahora estoy más en pausa.
Más consciente.
Más analítica.
Más sabia, tal vez, pero también más contenida.

Y me pregunto: ¿cuántas versiones de mí voy a dejar atrás en esta vida?
¿Y cuántas veces voy a mirar hacia atrás con esa mezcla de ternura y nostalgia?

Crecer duele. Incluso cuando todo va bien.
Porque en el fondo, evolucionar también es despedirse.

Pero… no siempre hay que decir adiós.

Esa versión que ya no ocupa el 100% de mi tiempo puede seguir viniendo a visitarme.
Cuando me río hasta llorar en una noche con amigas.
Cuando bailo con una copa en la mano y me siento invencible.
Cuando me miro al espejo y digo wow, qué guapa estoy hoy sin pedirle permiso a nadie.
No se ha ido del todo. Solo está esperando a que le abra la puerta de vez en cuando.

No somos solo la versión que estamos construyendo.
También somos todas las que fuimos…
y las que, por suerte, aún sabemos recuperar.

Nos leemos en el próximo capítulo.

XOXO,

Marta

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